I will. Because I am.
La confianza de ser tú.
El primer día que aquel pájaro intentó salir del bosque donde había nacido, se estrelló contra la primera rama del primer árbol que encontró. No había volado ni un metro y ya estaba en el suelo.
Hacía tiempo que ese bosque ya no le hacía sentir vivo y algo dentro de él le pedía ir más allá, aunque no supiera qué se iba a encontrar.
Desde entonces, cada intento acababa igual. Una rama. Otra. Y otra más.
Mientras tanto, los demás pájaros le veían y se reían de él mientras disfrutaban en su charca de siempre, bailando y viviendo tranquilos.
De vez en cuando le aconsejaban que dejara de intentarlo. Le decían que estaba perdiendo el tiempo y que acabaría herido si intentaba salir de allí.
Aquel pájaro, durante un tiempo, volvió a la charca. Fingía estar cómodo, reía con los demás, batía las alas como si nada hubiera pasado. Pero por dentro, sentía que cada día se apagaba un poco más.
Durante días y noches, estudió cada error que tuvo y cada golpe que se dio. Guardaba silencio cada mañana mientras miraba hacia las ramas donde siempre se había chocado, hasta que dentro de él todo empezó a cambiar.
Un día, mientras todos bailaban en su charca como siempre, él se subió a la rama más alta que conocía.
Y antes de saltar, dijo:
“¿Sabéis qué? Voy a conseguirlo. Porque soy ese pájaro que es capaz de conseguirlo.”
Y sin mirar atrás, saltó.
Esta vez no dudó ni un solo segundo. Esta vez no se chocó. Las ramas siempre estuvieron ahí pero se dio cuenta de que las peores eran las que él mismo se había puesto en la cabeza.
Esta vez esquivó cada rama, cada obstáculo, cada “no puedes”. Y sin que nadie lo esperara, terminó cruzando el bosque.
